TRIBUNAL PERMANENTE DE LOS PUEBLOS
SESIÓN SOBRE EMPRESAS TRANSNACIONALES
Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS EN COLOMBIA - 2006 - 2008 Segunda audiencia
Medellín, 10 y 11 de noviembre de 2006
RESOLUCIÓN DEL JURADO
Fotos Cortesía de JJT
I. INTRODUCCIÓN
Dentro de la sesión abierta por el Tribunal Permanente de los
Pueblos sobre empresas transnacionales y derechos de los pueblos en
Colombia y en continuidad con la audiencia realizada en Bogotá
el 1 y 2 de abril de este mismo año, en la cual se examinó
el comportamiento de varias empresas transnacionales de alimentos, durante
los días 10 y 11 de noviembre de 2006, tuvo lugar en Medellín,
Colombia, esta segunda audiencia, en la cual se recibieron numerosas
denuncias que comprometen a empresas transnacionales dedicadas a extracción
de minerales.
Una preaudiencia tuvo lugar los días 15 y 16
de agosto de 2006 en Santa Rosa del Sur, departamento de Bolívar,
epicentro de una de las zonas de minas de oro más codiciadas
por las empresas transnacionales, en la cual numerosos mineros y campesinos
denunciaron tanto los efectos como las perspectivas de la explotación
del oro por empresas transnacionales ya visiblemente aliadas con estructuras
paramilitares.
El Tribunal Permanente de los Pueblos, designó
como jueces al jurista italiano FRANCO IPPOLITO, quien presidió
la audiencia, actual magistrado de la Corte Suprema de Justicia de Italia,
anterior miembro del Consejo Superior de la Magistratura e integrante
de diversas asociaciones italianas y europeas de Magistrados demócratas
y a la académica MIREN ETXEZARRETA, catedrática de economía
del desarrollo y política económica en la Universidad
Autónoma de Barcelona y participante en movimientos sociales
en su país y a nivel europeo.
Actuaron como conjueces colombianos el dirigente indígena
ABADIO GREEN, ex presidente de la Organización Nacional Indígena
de Colombia ONIC y de la Organización Indígena de Antioquia,
Coordinador del Programa de Educación Indígena de la Universidad
de Antioquia e integrante del equipo de expertos para el Plan Decenal
de Educación designado por el Ministerio de Educación
de Colombia, y el Académico FRANCISCO LAFONT, profesor de Derecho
Laboral en las Universidades Libre y Externado de Colombia y estudioso
de los problemas de la minería.
Estuvieron presentes 350 personas venidas de diversas
regiones de Colombia, especialmente de aquellas más afectadas
por la presencia de empresas transnacionales dedicadas a extracción
de minerales.
Durante la audiencia fueron presentados cuidadosos
análisis de contexto, que con un apoyo documental muy riguroso,
permitieron captar los rasgos más sobresalientes de la incidencia
de las empresas transnacionales mineras en la política económica
de América Latina y particularmente de Colombia, así como
su posicionamiento dentro del entramado institucional, de la legislación
nacional y del conflicto socio político y armado que afecta al
país.
También se presentó una relación
bien documentada del desarrollo de la estrategia paramilitar del estado
colombiano desde sus orígenes hasta el momento actual.
II. CASOS PRESENTADOS EN LA AUDIENCIA
Las acusaciones giraron en torno a la responsabilidad de las empresas
DRUMMOND, CEMEX, LADRILLERA SANTAFE, HOLCIM, MURIEL, GLENCORE-XTRATA,
ANGLO AMERICAN, BHP BILLINGTON, ANGLO GOLD, en casos que fueron sustentados
por las organizaciones sociales convocantes de la audiencia del Tribunal
sobre minería.
1. Se denunció a la Compañía
DRUMMOND, INC. Y DRUMMOND LTD por el asesinato de los líderes
sindicales Valmore Lacarno Rodríguez, Víctor Hugo Orcasita
Amaya y Gustavo Soler Mora.
Se dijo que las acusadas utilizan los servicios de
militares colombianos para proteger sus instalaciones mineras y vías
férreas en Colombia. A cambio de estos servicios, la Compañía
Drummond, Inc y/o Drummond Ltd. ofrece compensaciones a este personal
militar. Y como es bien sabido, un número significativo de este
personal militar también opera como personal paramilitar en Valledupar,
Colombia y en otras partes. Además, las Compañías
Drummond, Inc. y Drummond Ltd. permiten la entrada libre de conocidos
paramilitares a sus instalaciones mineras en Colombia. Estas compañías
proporcionan suministros, inclusive combustible a estos paramilitares.
Funcionarios de estas empresas mantienen contactos regulares y reuniones
con los paramilitares.
Según la denuncia, empleados de las compañías
acusadas, al parecer con pleno conocimiento ayudaron e instigaron a
las fuerzas paramilitares que asesinaron a los trabajadores Locarno,
Orcasita y Soler dándoles apoyo financiero, provisiones varias,
acceso a las instalaciones empresariales, lo cual contribuyó
a que las fuerzas paramilitares pudieran asesinarlos.
2. A CEMEX, LADRILLERA SANTAFÉ
Y HOLCIM se les responsabiliza de la persecución y exterminio
del Sindicato de Trabajadores SINTRAMINERCOL. Se denunció como
estas tres empresas han incidido en diversos hechos de persecución
física y jurídica, amenazas, atentados, presiones psicológicas
a los trabajadores para que abandonen su denuncia frente a situaciones
en las que estas empresas se hallan implicadas y la lucha por los derechos
sindicales, igualmente se refirieron a la precarización laboral
a que han sido sometidos.
Especial importancia adquieren los hechos relacionados
con la seguridad de su presidente que en diversas oportunidades fue
víctima de seguimientos y persecución que incluyeron atentados
frustrados.
3. A la empresa MURIEL MINING CORPORATION
la acusación le atribuye responsabilidad relacionada con la violación
de los derechos territoriales de las comunidades indígenas, afrodescendientes
y mestizas, la autodeterminación de los derechos de los pueblos,
la cultura y la cosmovisión. Igualmente, por la omisión
intencional del Estado y la ETN de realizar la consulta previa para
la implementación de megaproyectos que afecten o impacten a las
comunidades nativas. Llamaron la atención sobre los beneficios
que la ETN pueda derivar de la secuencia sistemática de los crímenes
que en los últimos diez años las estructuras paramilitares
han cometido con el apoyo de la fuerza pública que opera en la
región en las zonas del Bajo Atrato y el Urabá, en los
departamentos de Antioquia y Chocó.
En esta zona se desarrolla el Proyecto Mande Norte,
como megaproyecto minero en el cual el gobierno colombiano, a través
de INGEOMINAS, la Gobernación de Antioquia y la Empresa Muriel
Mining Corporation para explotar y comercializar las reservas de cobre
y los subproductos de oro y molibdeno que se encuentran en los municipios
de Carmen del Darién (Chocó) y Murindó (Antioquia),
recursos naturales no renovables que se encuentran en gran parte de
la cordillera occidental y que hacen parte del denominado Batolito de
Mandé.
Se dijo que durante los últimos diez años,
las estructuras paramilitares han desarrollado un modelo de represión
(arrasamiento colectivo), de control (de población y de bienes,
sitiamiento y persecución selectiva), y de ocupación territorial
(explotación maderera, y de recursos naturales, agronegocios,
obras de infraestructura para el mercado mundial y desterritorialización
mental, espiritual de pueblos y comunidades). Se mencionó que
ello se ha logrado gracias al desarrollo de operaciones conjuntas entre
el ejército y los grupos paramilitares tales como la operación
“Génesis” en 1996 y la operación “Tormenta
del Atrato” en diciembre de 2002.
4. Las acusaciones frente a GLENCORE-XTRATA,
ANGLO AMERICAN, BHP BILLITON se dividieron en dos casos, primero el
relacionado con los impactos de la explotación minera sobre las
comunidades circundantes a la mina y el otro con la masacre de miembros
de la comunidad Wayúu de Bahía Portete y el desplazamiento
forzado de éstos. El primero hizo énfasis en las estrategias
desplegadas por las empresas transnacionales en alianza con el Estado
para obtener el control de los territorios ancestrales de las comunidades
indígenas y afrodescendientes y en la consecuente vulneración
de los derechos al territorio, al medio ambiente sano, a la salud, la
educación, la vivienda, el trabajo, la alimentación, la
cultura, la libre circulación y en general la destrucción
del tejido social.
En relación con el caso de la comunidad Wayúu
de Bahía Portete se señaló la responsabilidad de
las empresas en los homicidios, desapariciones y desplazamiento forzado
y el intento de apoderarse del estratégico puerto natural ubicado
en ese territorio, a través de la financiación y el control
sobre los organismos de seguridad del Estado como Ejército y
Policía.
Igualmente denunciaron los impactos por contaminación
ambiental generados en el transporte del carbón hacia el puerto.
5. Las empresas transnacionales ANGLO
GOLD ASHANTI -AGA- su filial en Colombia, KEDAHDA S.A ANGLO GOLD
y KEDAHDA, en la actualidad han presentado solicitudes de contratos
de concesión por parte de la SOCIEDAD KEDAHDA S.A. en 21 departamentos,
para un total de 2114 solicitudes, siendo los departamento con mayor
nivel de solicitudes en su orden: Antioquia, Bolívar, Cauca,
Nariño, Chocó y Huila. Estas solicitudes en tan sólo
los departamentos de Antioquia y Bolívar, superan los 2’300.000
hectáreas, cifra que en el país puede superar los cuatro
millones de hectáreas, si se tiene en cuenta que estos dos departamentos
representan tan solo el 32% de las solicitudes existentes.
En el Sur de Bolívar durante el periodo comprendido
entre 1988 y 2006, según los casos conocidos y denunciados, 330
personas han sido objeto de ejecución extrajudicial, mientras
que 88 más han sido objeto de torturas y 80 han sido detenidas
desaparecidas. Situación que se mantiene hasta hoy. Como caso
reciente se mencionó que el 19 de septiembre de 2006, miembros
del Batallón Antiaéreo Nueva Granada - Bagra, asesinaron
al líder ALEJANDRO URIBE, miembro de la Junta Directiva de la
Asociación de Mineros del Bolívar, filial de la Federación
Agrominera del Sur de Bolívar - FEDEAGROMISBOL y presidente de
la Junta de Acción Comunal de la vereda Mina Gallo, del municipio
de Morales.
Se denunció igualmente que la ETN se ha beneficiado
de los crímenes ejecutados por paramilitares a partir del año
2001 en el municipio de Quinchía Risaralda contra pobladores
e indígenas de la región. Así mismo la utilización
del sistema de justicia para perseguir a las comunidades en medio del
trámite de solicitudes de contratos de concesión por la
ETN. y además, los procesos de explotación se han iniciado
violando el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados.
6. Como contexto general se mencionó
la evolución de la empresa FRONTINO GOLD MINES que tras una trayectoria
similar a las anteriores, que conllevó también un duro
proceso de represión y abusos, fue declarada en quiebra pero
ahora la larga lucha de los trabajadores abre la posibilidad de que
ésta sea administrada de manera compartida por ellos y los pensionados.
III. CONSIDERACIONES GENERALES
Los acusadores señalaron que el modus operandi de las empresas
acusadas pasa por cuatro modalidades: beneficiarse de la represión
como mecanismo para garantizar sus procesos de explotación minera;
la utilización de la Fuerza Pública, como parte de su
departamento de seguridad; la adecuación de la legislación
interna a los intereses de la transnacional; y el congelamiento de territorios
como un acto de despojo.
Estos elementos, en sí mismos representan la
existencia de actos sistemáticos y generalizados, tendentes a
propiciar procesos de temor generalizado hasta el terror y la ruptura
del tejido social en las comunidades agromineras. Estas dinámicas,
así como algunos
crímenes en particular, han pretendido destruir el proceso de
resistencia social a la imposición de la forma de explotación
de los recursos mineros denunciada.
Se mencionó también la responsabilidad
del Estado colombiano en la definición de una política
minera lesiva de los intereses del pueblo colombiano, permitiendo que
los recursos derivados de la minería sean extraídos en
beneficio casi exclusivo de las multinacionales.
1. Sometimiento del Estado de derecho a las
ETN. En las palabras de los acusadores y de los testigos que
el Tribunal escuchó, estan subrayadas las desviaciones de las
instituciones, de los papeles propios del Estado constitucional de derecho,
fundado sobre obligaciones y responsabilidades frente a los ciudadanos
y, ante todo, sobre la garantia de la vida y de los derechos fundamentales.
Algunas instituciones, que tendrían el deber
de poner reglas y controlar a los actores de la vida económica,
han, en cambio, sometido sistematicamente al Estado a los intereses
de poderosos grupos economicos.
Han sido señalados casos no episodicos en que
empresan transnacionales han pagado al Estado para que el ejercito fuera
enviado a controlar lugares del país en los cuales los intereses
economicos empresariales son muy fuertes. Lo que constituye, de un lado,
una
compra de seguridad por parte de quien puede pagar y, de otro lado,
una privatizacion de la fuerza pública, es decir una utilizacion
de una institucion publica por intereses particulares.
Ha sido denunciada la sistematica desarticulación
de los sindicatos y otras organizaciones sociales, a través tambien
de los asesinatos de sus lideres, en la substancial indiferencia de
las instituciones del Estado.
Todo esto aparece como síntoma indicador de
un complejo sometimiento del Estado de derecho a los intereses de los
poderes económicos, con el grave riesgo de transformar aquel
en ficcion y mera apariencia, mientras que los aparatos del Estado concurren
a perpetuar la violencia como metodo de control de la sociedad, de sus
dinámicas y sus deseos de cambio
democrátrico.
2. Cooperación en la aparición
de los paramilitares. En esta lógica, fue subrayado
como el Estado colombiano mediante determinadas normas y decretos creó
y facilitó la consolidación del paramilitarismo en el
país, generando formas de organizacion de la población
para su involucramiento en el conflicto armado, a través de cooperativas
de vigilancia y redes de cooperantes, entre otras. También el
Estado ha creado por ley los instrumentos juridicos para sellar la impunidad
de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por estos grupos,
hasta lograr consolidar su control económico, político,
social y militar. Se han aportado evidencias sobre la utilizacion de
los grupos paramitares en zonas de explotación de recursos naturales
por las ETN que se beneficiarán con la impunidad.
3.Sometimiento de lo público
al interés privado. El Código de Minas, la ley
de Petróleo y la legislación ambiental. Llama la atención
al Tribunal que para la implementación de estas formas de explotación
minera se impongan, con la anuencia de los gobiernos de turno, cambios
legales que favorecen abiertamente a monopolios nacionales, multinacionales
y transnacionales, en detrimento de la soberanía popular sobre
los recursos naturales, los derechos humanos y los derechos económicos,
sociales y culturales de la mayoría de la población colombiana.
Ha sido documentada la cesión a profesionales
privados vinculados a los intereses jurídicos y economicos de
las ETN mineras, de la reforma del Codigo de minas, con el efecto de
reducir y hasta hacer desaparecer los beneficios para el Estado y la
colectividad colombiana y aumentar desmesuradamente las ganancias de
las ETN. En especial, se denunció que el proyecto de Código
de Minas de 1996 ha sido elaborado por la abogada de la Multinacional
Conquistador Mines, que tenía y tiene intereses en las minas
de oro del sur de Bolívar, que la Ley 685 de 2001 haya sido proyectada,
asesorada y reglamentada por los abogados de las compañías
Cementeras Holcim, Cemex, y Ladrillera Santafé, que abogados
de las transnacionales petroleras hayan hecho la nueva legislación
del sector, cambiando de paso toda la estructura en materia ambiental,
en materia impositiva y de inversión extranjera, que para ello
han tenido la “ayuda” de la agencia de cooperación
de Canadá y de empresas con asiento en este país que hoy
son beneficiarias de mas del 60% de los nuevos contratos mineros y petroleros,
lo que evidencia un grave sometimiento de lo publico a lo privado.
Se aduce, además, que se limitan gravemente
los derechos a las tierras ancestrales de indígenas y afrocolombianos,
entregan a perpetuidad los recursos mineros, privatizan la justicia
pues todo litigio se somete a tribunales de arbitramento donde siempre
gana la multinacional y declaran falazmente la industria minera como
de interés publico, privatizando ganancias y socializando las
perdidas.
4.Desplazamiento forzado
y mercantilización de tierras. Las implicaciones que
tiene la extracción rentable de minerales a gran escala sobre
los patrones vigentes y tradicionales de ocupación del territorio
y de relaciones entre la población y sus recursos naturales,
han provocado progresivos despojos y desplazamientos que han incidido
en el deterioro de las condiciones de vida de grandes franjas de población
y en la profundización de estructuras de desigualdad a nivel
nacional.
Se mencionaron zonas, donde la presencia de las empresas
multinacionales ha creado un vínculo estrecho entre la concentración
de la tierra y el desplazamiento forzado de la población, pues
introduce un conflicto alrededor del control territorial de áreas
estratégicas.
De hecho, los conflictos de tierras y la violencia
en Colombia tienen un vínculo de vieja data. El conflicto actual
parece no ser la excepción. Desde la década del noventa,
el ingreso de la inversión extranjera aumentó cómo
consecuencia de la disminución de las trabas legales a la misma
y al mismo tiempo se incrementaron los desplazamientos forzados y las
masacres en lugares de gran riqueza minera y natural. Ha sido subrayada
la coincidencia de que hacia dichas zonas se dirige la ayuda militar
norteamericana para la construcción de bases militares y que
en ellas la presencia paramilitar se hace más visible. La población
desplazada reporta haber perdido cuatro millones de hectáreas
lo que equivale a una tercera parte de la tierra cultivable en Colombia.
Colombia ofrece un claro ejemplo de la dinámica de concentración
de la tierra y el conflicto violento. Los casos analizados en éste
tribunal lo demuestran. La ocupación territorial y el desalojo
de la población civil son estrategias de guerra, adoptadas por
las empresas transnacionales para desocupar territorios, expandir sus
áreas de control y apropiarse de manera violenta de la tierra,
usando y financiando para tal efecto a los grupos paramilitares y a
las mismas fuerzas del Estado.
En ese marco, el desplazamiento de la población
parece ser además una estrategia de bajo costo para ocupar la
tierra. Los campesinos, indígenas, afrocolombianos, mineros,
cuentan con una capacidad limitada para adoptar medidas de protección,
lo cual los convierte en un blanco de amenazas por parte de los agentes
de las ETN, la fuerza pública y los paramilitares; situación
que se agrava en zonas de presencia guerrillera. El control de recursos
naturales primordiales, tales como el agua, y la perspectiva de futuros
proyectos mineros y viales, entre otros, han promovido también
la apropiación violenta de la tierra.
5. Peligra el territorio ancestral de los pueblos
indígenas. Los testimonios presentados por representantes
de los pueblos originarios, manifestaron que los conocimientos de las
abuelas y abuelos de las distintas comunidades y pueblos de Abya Yala
y en diálogo con otros pueblos del mundo, conciben a la tierra,
como “nuestra madre”; que todos los seres que habitan son
sus hijas e hijos, porque dependen de ella en cada instante de la vida,
porque la estructura del cuerpo humano es igual a la de la tierra; por
tanto consideran que hay que protegerla, porque está tanto en
el propio cuerpo como en el aire que se respira, el agua que se bebe,
el sol que calienta y las plantas y animales que dan el sustento.
Manifiestan que los momentos actuales con la presencia
de las empresas multinacionales que vienen ejecutando las extracciones
de recursos naturales, minas e hidrocarburos por parte de los países
del “Primer Mundo”, hacen peligrar la vida de todos seres
de la madre tierra. Y por ello, hoy los pueblos indígenas quieren
hablarle al mundo, para traer el mensaje de que todos los seres vivientes
dependen de la tierra. Por eso les es grato escuchar voces de protestas
en el mundo en defensa de la madre tierra, en voces de no indígenas.
Para que el mundo vuelva la mirada hacía ella debe cambiar el
pensamiento mercantil y consumista por un pensamiento sostenible, duradero
y equitativo en el planeta.
La gran diferencia que tienen los pueblos indígenas,
es que su manera de pensar no surge de la mente de los dirigentes, sino
de la sabiduría milenaria que guardan las palabras; es a través
de ellas que entienden su papel en esta sociedad, por ello es necesario
que los poderosos del capitalismo salvaje que ven a la naturaleza como
su enemiga respeten los territorios ancestrales, porque ella cobija
a todos los seres por igual.
6.Efectos de las transnacionales
en el medio ambiente y la salud. Se afirmo en la Audiencia
que el redireccionamiento de corrientes de agua, el movimiento masivo
de tierras y las continuas explosiones en las zonas de exploración
y explotación minera afectan el ecosistema y la tranquilidad
de la población; que la deforestación no solo afecta el
hábitat de cientos de especies, muchas llevadas a la extinción,
también afecta el mantenimiento de un flujo constante de agua
desde los bosques hacia los demás
ecosistemas y centros urbanos. Y que el enorme consumo de agua requerida
por la actividad minera generalmente reduce el nivel freático
del lugar, llegando a secar pozos de agua y manantiales. El agua termina
contaminada con materiales tóxicos que pueden continuar durante
cientos e incluso miles de años.
Los productos químicos peligrosos utilizados
en las distintas fases de los procesamientos de los metales como cianuro,
ácidos concentrados y compuestos alcalinos, terminan en el sistema
de drenaje. La alteración y contaminación del ciclo hidrológico
tiene efectos muy graves que afectan a los ecosistemas cercanos, de
manera especialmente agravada a los bosques y a las personas.
Si bien es cierto los impactos ambientales de la gran
minería no están medidos, sus consecuencias ya se dejan
notar en la salud de las comunidades: afectaciones graves de la piel,
pulmones, oídos, ojos. Así mismo se señaló
el grave efecto en la salud producido por el polvillo del carbón.
Sin contar con las altas tasas de desnutrición producidas por
la destrucción de la frontera agrícola.
Se mencionó también la desertificación
y otras graves consecuencias ambientales a causa de las extensas explotaciones
mineras a cielo abierto, que además están en proceso de
expansión.
7. Deterioro de las condiciones laborales,
persecución sindical y de los movimientos sociales.
Existe un elemento común y característico en las denuncias
presentadas ante éste tribunal contra las empresas transnacionales:
la ventaja comparativa en el pago de la fuerza de trabajo en países
cómo Colombia en relación con los países de origen
de las ETN. Lo anterior resulta del establecimiento de condiciones laborales
precarias, previo debilitamiento y destrucción de las organizaciones
sindicales, mediante la amenaza y exterminio de la vida de los dirigentes
de estas organizaciones.
La persecución sindical se hace más evidente
y peligrosa para la vida de los trabajadores, que denuncian las atrocidades
y violaciones de los derechos humanos, incluidos los derechos laborales,
violaciones de las que son objeto por parte del personal de seguridad
de las empresas transnacionales y de sus directivos. Todo esto en el
marco de la implementación del modelo de desarrollo propuesto
por la banca multilateral, que considera a las organizaciones sindicales
cómo un elemento negativo y ajeno al mercado de trabajo.
8. Complicidad, connivencia de las instituciones
internacionales. De los documentos aportados y los testimonios
recibidos se percibe, también, la estrecha connivencia de las
orientaciones impuestas por las instituciones internacionales con las
políticas que favorecen los intereses de las ETN. Las exigencias
de implementar programas de ajuste del FMI y BM, bajo el imperativo
de cumplir con las obligaciones de la deuda, presionan a los países
como Colombia a poner en práctica políticas conducentes
a favorecer el crecimiento y rentabilidad de estas empresas, que conducen
simultáneamente a facilitar la operación irrestricta y
desregulada de las ETN en la persecución de sus intereses y a
profundizar paralelamente la desigualdad y el deterioro de las condiciones
de vida de las clases populares, particularmente de los más pobres.
Sin olvidar la incidencia de la OMC (a pesar de las dificultades más
recientes de su implementación), la preparación para el
pretendido ALCA, los tratados bilaterales de relaciones externas, e
incluso algunos de cooperación, que tienden a estimular fuertemente
las exportaciones de productos mineros.
Se ha mostrado que las orientaciones inversoras del
Banco Mundial, las acentuadamente librecambistas de la OMC y otros tratados
supranacionales, además de las exigencias financieras del FMI
sirven de poderosos instrumentos favorables a las ETN estudiadas en
lugar del desarrollo del país y el bienestar de su población.
9. Sentido de desarrollo y modelos de desarrollo.
Lo escuchado en ésta Audiencia y la documentación recogida
en la misma hace patente la existencia de concepciones muy distintas
de lo que supone el desarrollo de un país y de sus pueblos, así
como distintas
también de lo que las academias e instituciones dominantes de
todo el mundo consideran desarrollo.
Ya no sólo se trata de la tradicional y conocida
distinción entre crecimiento y desarrollo, sino de la profunda
diversidad de lo que las comunidades entienden por desarrollo, y la
necesidad de acomodar éstas variantes en términos de total
paridad entre ellas para caminar hacia una sociedad alternativa.
Las presentaciones han hecho patente que la mera riqueza
material y las actuaciones que la misma exige, no son consideradas y
evaluadas de la misma forma por todas las comunidades- destacando en
éste sentido la relevancia de los planteamientos de las comunidades
indígenas y afrocolombianas -.
De lo planteado en la sesión se desprende la
necesidad de un profundo y permanente replanteamiento de los conceptos
de desarrollo y el reconocimiento de la riqueza que supone la existencia
de diversos conceptos de desarrollo (correspondería al mantenimiento
de la biodiversidad social).
Adicionalmente parece que puede cuestionarse incluso
la eficiencia de éstas ETN, para el propio concepto occidental
de desarrollo de un país, debido a que sus estrategias dirigidas
a obtener una rápida y elevada rentabilidad a corto plazo, suponen
a menudo la depredación de los recursos, del entorno y los sistemas
de producción sostenibles para un desarrollo a más largo
plazo. En éste contexto hay que desatacar la degradación
de los trabajadores y la población en general por sus condiciones
laborales y sociales de gran injusticia.
10. Incremento de las desigualdades, pobreza
y enorme sufrimiento de las personas. En todos los testimonios
aparecen elementos que muestran que la operación de las ETN causa
un incremento de las desigualdades, la pobreza, el deterioro de la salud
y las condiciones de vida, lo que motiva un enorme sufrimiento en amplias
capas de la población.
De la documentación aportada se desprende que
la operación de las empresas analizadas ni siquiera proporciona
un bienestar material, sino que condena a sustanciales partes de la
población a la miseria. La degradación y destrucción
del entorno, el profundo deterioro de la situación laboral y
la falta de empleos, llevan a un acentuado empeoramiento de la situación
económica de las familias. Si a ello se añade el deterioro
de la salud y las condiciones de vida reseñadas y, la muy escasa
dotación de servicios públicos, el resultado es el aumento
de la pobreza y, con frecuencia, la grave miseria a la que se ve condenada
la población afectada.
No se produce un aumento de la riqueza material disponible
(ni privada ni mucho menos pública) y menos todavía el
avance hacia el desarrollo. Al contrario, han desestructurado las formas
de vida tradicionales y despojado a las poblaciones autóctonas
de sus recursos y sus sistemas productivos y de consumo. De ésta
forma, han causado la miseria material y la ruina de sistemas de vida
milenarios que, además, son eficientes para otros conceptos alternativos
de desarrollo.
Las empresas transnacionales se asientan en los territorios
ejerciendo múltiples violencias y creando capas privilegiadas
de quienes se someten a su lógica de desarrollo, pero al mismo
tiempo crean franjas mucho más grandes de desarraigados y de
víctimas cuyos enormes sufrimientos y destrozos fueron referidos
directamente por los testigos ante esta audiencia en conmovedores relatos
que no podemos sino registrar con profunda conmoción e indignación.
IV. EVALUACION
Los hechos y los elementos de prueba aportados a este Tribunal, proporcionan
suficientes elementos para fortalecer las acusaciones sobre la responsabilidad
de las ETNs, en crímenes de lesa humanidad, ya que los hechos
enumerados en el apartado dos parecen revelar el carácter sistemático
de los mismos.
La audiencia evidenció también la violación
de los derechos humanos por parte de las autoridades colombianas y de
grupos armados paramilitares que actúan en el país (en
contraste con convenios internacionales, firmados por Colombia, a comenzar
por la Declaración universal de derechos humanos y de los Pactos
internacionales sobre los derechos económicos, sociales y culturales).
Están violadas también las disposiciones
de la Carta de Argel sobre los derechos de los pueblos, de la cual en
el próximo mes en Roma se celebran 30 años y que constituye
el paramento del juicio del Tribunal y constituye un parámetro
significativo del juicio del TPP.
Todo Estado tiene el deber de garantizar concretamente
los derechos humanos y mantener el orden y garantizar la seguridad de
todos sus ciudadanos en el conjunto del territorio. El Estado puede
incluso ser declarado responsable de la violacion de las convenciones
internacionales si se verifica que en cualquier parte de su territorio
existen grupos de sujetos privados o grupos paramilitares.
Con base en las intervenciones de los acusadores y
los testigos en esta Audiencia ha sido denunciada una difundida impunidad,
sobre todo frente a las conductas de las ETN y los paramilitares.
Sin embargo no se ha podido profundizar sobre el papel
efectivo de la justicia en los casos denunciados en esta audiencia.
Por lo tanto merece total atención que siga la investigación
sobre el papel de la judicatura para que el TPP sea puesto en condición
de expresar su veredicto en la sesión deliberante.
Pero, hasta este momento se puede confirmar lo que
el TPP en otras ocasiones ha afirmado en su jurisprudencia en relación
con la impunidad.
Frente a las documentadas denuncias de graves violaciones
de derechos humanos, y prioritariamente del derecho a la vida, del derecho
a vivir en el lugar de nacimiento o de escogencia, existen deberes de
los Estados y de la sociedad a verdad y a la memoria, con la finalidad
de no olvidar los crímenes ocurridos, y de sancionar a los autores
de ellos. Esta es la premisa para refundar la confianza de los ciudadanos
en las instituciones.
El derecho internacional tutela el derecho de los ciudadanos
a la justicia, al cual corresponde el deber el Estado de asegurar el
funcionamiento de la justicia, a través instituciones de jueces
y tribunales efectivamente independientes que juzguen y cumplan la ley.
El estado de derecho no existe donde y cuando la violación de
los derechos humanos no es condenada y los responsables de los crímenes
no sean juzgados y condenados conforme a las reglas del debido proceso.
La impunidad de los crímenes constituye por
si misma una violación de derechos humanos. No esta permitido
a los Estados renunciar al deber de investigar, juzgar y sancionar a
través de la amnistía o otras practicas que establezcan
la impunidad.
Todo acto que procure el olvido o la impunidad de los
crímenes no es aceptable para la consciencia ética y jurídica.
Por lo tanto, el TPP auspicia la constitución de un órgano
imparcial e independiente para establecer la verdad de lo que pasó
en estos decenios.
En esto sentido, se recoge la invocación de
las víctimas de no estar solas y el grito de indignación
de un testigo que dijo: ¡Que no quede impune! ¡Que nunca
más quede impune un crimen de lesa humanidad!
Por todo lo anterior, los miembros del jurado de esta
audiencia hacen suyas las acusaciones documentadas que les han sido
presentadas y le solicitan a la sesión deliberante del TTP sobre
ETN y derechos de los pueblos en Colombia, verificar la responsabilidad
de las ETN acusadas y del Estado colombiano como responsables de crímenes
de lesa humanidad y examinar la complicidad en esos mismos crímenes
de los Estados a los cuales pertenecen las casas matrices de dichas
empresas.
Como conclusión de esta muy intensa Audiencia
y de la lectura de la Resolucion del jurado, el Tribunal siente la necesidad
de agradecer a todos los que han hecho posible este evento y, sobre
todo, a todas las personas que, con seriedad y coraje, han presentado
las acusaciones fundadas en solidas pruebas y los testimonios de los
hechos, que han permido la reconstrucción de lo que pasó,
renovando con sus palabras el sufrimiento y el dolor producido por hechos
dramáticos.
El Tribunal tiene que agredecer también a todos
los asistentes a la Audiencia su presencia continua y silenciosa, pero
atenta y partícipe, como representantes de los colectivos y los
pueblos, como parte de un amplio movimiento comprometido en la lucha
por impedir toda tentativa de olvido, sostener la demanda de justicia
y de verdad de las víctimas y pretender la toma en serio de los
derechos humanos por parte de las instituciones.
Los Jueces han aprendido de esta presencia que cuando
surge un movimento de lucha contra la injusticia y las desigualdades,
las Cartas internacionales de derechos y las Constituciones nacionales
dejan de ser un mero catálogo de derechos de papel para transformarse
en instrumentos de reivindicación personal y social y de cambio
demócratico.
Finamente el Jurado deja constancia del profundo impacto
que le ha producido el comprobar que, a pesar de una situación
muy trágica, están vivas una potente resistencia a las
injusticias y una firme decisión de trabajar de forma continuada
por una trasnformación de la sociedad, y un deseo de cooperar
con otros grupos y pueblos que persiguen los mismos objetivos. Quisieramos
transmitir al mundo, dar voz, al sentimiento de optimismo que se desprende
de la voluntad de lucha mostrada, que solo puede conducir a una inmensa
esperanza.
Medellín, noviembre 11 de 2006
PERMANENT
PEOPLES’ TRIBUNAL
SESSION ON TRANSNATIONAL ENTERPRISES
AND THE RIGHTS OF PEOPLES IN COLOMBIA - 2006
- 2008
Second Hearing
Medellín, Colombia
November 10 and 11, 2006
JURY’S DECISION
I. INTRODUCTION As a part of the open session by the Permanent Peoples’
Tribunal on transnational enterprises and the rights of peoples in Colombia
-and continuing with the hearing carried out in Bogotá
on April 1 and 2 of this year that examined the conduct of several transnational
food enterprises-, on November 10 and 11, 2006, a second hearing took
place in Medellín, Colombia, in which many reports were received
implicating transnational enterprises (TNEs) dedicated to mineral extraction.
A preliminary hearing was held on August 15 and 16,
2006, in Santa Rosa del Sur (Department of Bolívar), epicentre
of one of the gold mining areas most coveted by transnational enterprises.
At this hearing, many miners and peasants spoke out against both the
effects and the prospects of gold exploitation by transnational enterprises,
already visibly allied with paramilitary structures.
The Permanent Peoples’ Tribunal designated as
judges the Italian jurist FRANCO IPPOLITO, who presided over the hearing
and is currently magistrate for the Supreme Court of Justice in Italy,
former member of the Superior Council of the Magistracy, and member
of different Italian and European associations of democratic magistrates;
and the academic MIREN ETXEZARRETA, professor of development economics
and political economics at the Universidad Autónoma, Barcelona,
and active in social movements in Spain and other parts of Europe.
The Colombian joint judges were indigenous leader ABADIO
GREEN, former president of the National Indigenous Organisation of Colombia
(ONIC) and the Indigenous Organisation of Antioquia (OIA), Coordinator
for the Indigenous Education Programme at the Universidad de Antioquia,
and member of the specialist team for the Ten-Year Education Plan designed
by the Colombian Ministry of Education; and academic FRANCISCO LAFONT,
labour law professor at the Universidad Libre and the Universidad del
Externado in Colombia and an academic on mining issues.
The hearing included the presence of 350 persons coming
from different regions of Colombia, especially from those places most
affected by the presence of transnational enterprises dedicated to mineral
extraction.
Careful contextual analysis, with rigorous documentary
support, was presented during the hearing that allowed the most significant
characteristics to be grasped concerning the impact of transnational
mining enterprises on the political economy of Latin America -particularly
in Colombia- as well as their positioning within the institutional framework,
national legislation, and the social, political and armed conflict in
Colombia.
A well-documented relationship was also presented on
the development of the paramilitary strategy by the Colombian State
(from its origins to the present).
II. CASES PRESENTED AT THE HEARING The accusations revolved around the responsibility of the enterprises
DRUMMOND, CEMEX, LADRILLERA SANTAFÉ, HOLCIM, MURIEL, GLENCORE-XTRATA,
ANGLO AMERICAN, BHP BILLINGTON, ANGLO GOLD, in cases supported by social
organisations organising the Tribunal’s hearing on mining.
1. DRUMMOND INC. and DRUMMOND LTD.
were reported for the murder of the union leaders Valmore Lacarno Rodríguez,
Víctor Hugo Orcasita Amaya, and Gustavo Soler Mora.
It was stated that the accused parties employ the services
of the Colombian military to protect their mining installations and
railway track in Colombia. In exchange for these services, Drummond
Inc. and/or Drummond Ltd. offer compensation to these military personnel.
And, as is well known, a significant number of these military personnel
also operate as paramilitary personnel in Valledupar and other parts
of Colombia. Furthermore, Drummond Inc. and Drummond Ltd. allowed known
paramilitaries to freely enter their mining installations in Colombia.
The companies provide these paramilitaries with supplies, including
fuel, and officials from these enterprises maintain regular contact
and meetings with paramilitaries.
Employees from the accused companies, apparently with
full knowledge, reportedly aided and instigated the paramilitary forces
that murdered the workers Locarno, Orcasita and Soler by giving them
financial support, different provisions, and access to company installations,
which contributed to the paramilitary forces being able to murder these
workers.
2. CEMEX, LADRILLERA SANTAFÉ,
and HOLCIM, are being held responsible for the persecution and extermination
of the union SINTRAMINERCOL. These enterprises have reportedly contributed
to different acts of legal and physical persecution, threats, attacks,
and psychological pressure against the workers. This is done so the
workers stop reporting on situations implicating the enterprises, as
well as give up their fight for union rights. Likewise, reference was
made to the weakening job security for workers. Special importance is
placed on the acts related to the security of the union’s president,
who on different occasions was victim of surveillance and persecution,
including attempts on his life.
3. The accusation against MURIEL MINING
CORPORATION holds it responsible for the violation of the territorial
rights of the indigenous, Afro-descendant and mestizo communities, as
well as the self-determination of the right of peoples, culture, and
cosmovision. Likewise, there is the intentional omission of the State
and the TNE to carry out a preliminary consultation on the implementation
of large-scale development projects that affect or impact these communities.
Additionally, focus was placed on the benefits the TNE may derive from
the systematic sequence of crimes committed by the paramilitaries over
the last ten years with the support of the public force operating in
the region of the Lower Atrato and Urabá (Departments of Antioquia
and Chocó).
In this area, a large-scale mining project called the
North Mandé Project is being carried out by the Colombian government
(through INGEOMINAS, the Antioquia Governor’s Office, and Muriel
Mining Corporation) to exploit and commercialise the copper reserves
and the gold and molybdenum by-products found in the municipalities
of Carmen del Darién (Chocó) and Murindó (Antioquia).
These non-renewable resources are found in most of Colombia’s
western mountain range and are part of the so-called Batolito de Mandé.
It was stated that over the last ten years the paramilitary
structures have carried out a model to repress (collective devastation),
to control (population and property, siege, and selective persecution),
and to occupy territory (logging and natural-resources exploitation,
agro-business, infrastructure projects for the world market, and the
mental and spiritual de-territorialisation of peoples and communities).
It was mentioned that this has been achieved through joint operations
carried out by the army and paramilitary groups, such as Operation Genesis
in 1996 and Operation Atrato Storm in December 2002.
4. The accusations concerning GLENCORE-XTRATA,
ANGLO AMERICAN, and BHP BILLITON, were divided into two cases. The first
case relates to the impact of the mining exploitation on the communities
in the surrounding area, and the second to the massacre and forced displacement
of members of the Wayúu community from Bahía Portete.
The first case placed emphasis on the strategies used by transnational
enterprises -in alliance with the State- to gain control of the
ancestral territories of the indigenous and Afro-descendant communities
and on the consequent violation of their rights to territory, clean
environment, health, education, housing, work, food, culture, and free
circulation, which brought about the destruction of the social fabric
in general.
In connection with the case of the Wayúu community
from Bahía Portete, the enterprises were reportedly responsible
for murders, disappearances, forced displacement, and the attempt to
seize the strategic natural port located in this territory, by way of
financing and controlling State security agencies such as the army and
police.
Likewise, denunciations were made concerning the impact
of the environmental contamination generated by the transport of coal
to the port.
5. Currently, the transnational enterprises
ANGLO GOLD ASHANTI (AGA), KEDAHDA S.A. ANGLO GOLD (its subsidiary in
Colombia), and KEDAHDA, have presented requests for licensing contracts
(through SOCIEDAD KEDAHDA S.A.) in 21 departments for a total of 2,114
licensing requests. The departments with the greatest number of requests
are in the following order: Antioquia, Bolívar, Cauca, Nariño,
Chocó and Huila. In only the departments of Antioquia and Bolívar,
these licensing requests surpass 2.3 million hectares. The amount could
surpass four million hectares in all of Colombia, if it is taken into
account that these two departments represent only 32% of the current
licensing requests.
According to known and reported cases, during the period
from between 1988 to 2006, 330 persons were the victims of extrajudicial
execution in southern Bolívar, while 88 more were tortured and
another 80 detained and disappeared. This situation has remained as
such. As a recent example, it was mentioned that on September 19, 2006,
members of the Nueva Granada - Bagra Anti-Air Battalion murdered the
leader ALEJANDRO URIBE, member of the board of directors of the Bolívar
Miners Association, affiliate to the Agriculture and Mining Federation
from Southern Bolívar (FEDEAGROMISBOL), and president of the
neighbourhood action board from the rural community of Mina Gallo (municipality
of Morales).
Likewise, the TNE has reportedly benefited from the
crimes executed by the paramilitaries since 2001 against the inhabitants
and indigenous people in the region of the municipality of Quinchía,
Risaralda. Furthermore, the justice system was reportedly used to persecute
communities in the midst of processing requests by the TNE for licensing
contracts. Additionally, the exploitation processes began by violating
the right of indigenous peoples to be consulted.
6. As a general context and with a
background similar to those previously mentioned (including a harsh
process of repression and abuse), reference was made to the evolution
of the enterprise FRONTINO GOLD MINES, which was declared bankrupt.
Nevertheless, the long fight of the workers allows the chance that this
enterprise may be jointly run by the workers and those retired.
III. GENERAL CONSIDERATIONSThe prosecuting
counsel indicated that the modus operandi of the accused enterprises
includes four methods: benefiting from the repression as a mechanism
to guarantee their mineral exploitation processes; the use of the military
forces and police national as a part of its security department; adjusting
national legislation to the interests of the transnational; and blocking
territories as an act of dispossession.
These elements in and of themselves represent the existence
of generalised, systematic acts designed to promote processes of generalised
fear (even terror) and the rupture of the social fabric in the agricultural
and mining communities. These dynamics, as well as some crimes in particular,
have tried to destroy the social resistance process by imposing the
reported type of mining resources exploitation.
In regards to the definition of a mining policy detrimental
to the interests of the Colombian people, the responsibility of the
Colombian State was also mentioned, inasmuch as it allowed the resources
derived from the mining to be extracted almost exclusively to the benefit
of the multinationals.
1. Subordination of the rule of law
to TNEs. In the words of the prosecuting counsels and witnesses heard
by the Tribunal, emphasis is placed on the institutional abuses as well
as the proper roles of the constitutional rule of law, founded on obligations
and responsibilities as regards citizens and especially the guarantee
of life and fundamental rights.
Some institutions, which should have the duty to regulate
and control actors in the economic life, have instead systematically
subordinated the State to the interests of powerful economic groups.
Non-episodic cases have been indicated in which transnational
enterprises have paid the State to deploy the army to control parts
of the country where these enterprises have substantial economic interests.
On the one hand, this constitutes a purchase of security by those who
can afford to do so, and on the other a privatisation of the military
forces and national police, which means employing a public institution
for private interests.
Reportedly, unions and other social organisations have
been systematically dismantled, which also included the murder of their
leaders, with substantial indifference shown by State institutions.
All of this seems to be a symptom indicating the complex
subordination of the rule of law to the interests of powerful economic
groups, with the grave risk of turning the rule of law into fiction
and mere appearance, while the State machinery contributes to perpetuating
violence as a method to control society, dynamics, and desires for democratic
change.
2. Cooperation with the emergence
of paramilitaries. With this reasoning, emphasis was placed on how the
Colombian State -by way of laws and decrees- created and facilitated
the consolidation of paramilitarism in Colombia by establishing ways
to organise the population’s involvement in the armed conflict
through security cooperatives and informant networks. The State has
also created legal instruments -through the passage of laws- to
seal the impunity of the crimes against humanity perpetrated by these
groups, even achieving the consolidation of their economic, political,
social and military control. In areas of natural resource exploitation,
evidence has been provided on the use of paramilitary groups by TNEs
that benefit from the impunity.
3. Subordination of public resources
to private interests. Code of Mines, Law of Oil, and Environmental Legislation.
As regards implementing these ways of mining exploitation, the Tribunal’s
attention is drawn to the fact that legal adjustments have been imposed
-with the consent of successive governments- that openly favour
national monopolies, multinationals, and transnationals, to the detriment
of popular sovereignty over natural resources, human rights, and the
economic, social and cultural rights of the majority of the Colombian
population.
There has been documentation of private-sector professionals,
linked to the legal and economic interests of the mining TNEs, being
designated to reform the Code of Mines. This has resulted in reducing
-and even eliminating- the benefits for the State and Colombian
population as a whole and disproportionately increasing the profits
of the TNEs. In particular, a lawyer from the multinational Conquistador
Mines, which had and has interests in the gold mines in the southern
Bolívar, has reportedly drafted the proposed Code of Mines of
1996. Lawyers from the cement companies Holcim, Cemex, and Ladrillera
Santafé, have also reportedly planned, advised, and regulated
Law 685 of 2001. Additionally, lawyers from oil transnationals have
reportedly drafted the new legislation for this sector, which has resulted
in altering all the structure in matters regarding the environment,
taxes, and foreign investment. These legislative initiatives have counted
on “aid” from the Canadian cooperation agency (CIDA) and
enterprises based in Colombia, which presently benefit from more then
60% of the new mining and oil contracts. This demonstrates a grave subordination
of the public sphere to private interests.
Moreover, it is adduced that the rights to the ancestral
lands of indigenous persons and Afro-Colombians are gravely limited.
Mining resources are turned over in perpetuity -and justice is
privatised- as all litigation is subjected to arbitration tribunals
that always rule in favour of the multinational and falsely declare
the mining industry to be of public interest, which privatises profits
and spreads the burden of the losses.
4. Forced displacement and commercial
exploitation of land. As regards current, traditional patterns of land
occupation and how the population relates to its natural resources,
the implications of large-scale profitable mineral extraction have brought
about progressive dispossessions and displacements, which have furthered
the deterioration of the living conditions for broad sectors of the
population and worsened the structures of inequality on a national level.
It was mentioned that there are areas where the presence
of multinational enterprises has created a close link between land concentration
and the forced displacement of the population. This is due to the fact
that a conflict is instituted for the territorial control of strategic
areas. In fact, land conflicts and violence have a long-standing relationship
in Colombia. The present conflict does not seem to be an exception.
Since the 1990’s, the amount of foreign investment has increased
as a consequence of the decrease in legal barriers; while at the same
time there is more forced displacement and massacres in places with
vast mineral and natural wealth. Emphasis was also placed on the coincidence
that paramilitary presence is most visible in these areas receiving
US military aid for the construction of military bases. The displaced
population reports having lost four million hectares, which is the equivalent
of one third of the cultivable land in Colombia.
Colombia offers a clear example of the dynamic between
land concentration and violent conflict. This is demonstrated by the
cases analysed in this tribunal. Territorial occupation and expulsion
of the civilian population are war strategies adopted by the transnational
enterprises to clear territory, enlarge their areas of control, and
violently appropriate land, by employing and financing paramilitary
groups -and the very State forces- for that purpose.
Within this framework, the displacement of the population
also seems to be a low-cost strategy to occupy land. Peasants, indigenous
persons, Afro-Colombians, and miners are limited in their ability to
adopt measures of protection, which has made them the target of threats
by officials from TNEs, military forces and national police, and paramilitaries.
This situation is worsened in areas with a guerrilla presence. The control
of prime natural resources (such as water) and the prospect of future
mining and road projects, among other projects, have also promoted the
violent appropriation of land.
5. The ancestral territory of indigenous
peoples at risk. The testimonies, presented by the representatives of
indigenous peoples, demonstrated that the knowledge of the grandmothers
and grandfathers from the different communities and peoples of Abya
Yala -and in dialogue with other peoples from throughout the world-
conceives the earth as our mother. This knowledge also recognises that
all living beings are the earth’s daughters and sons, because
they depend on her at every moment in their lives and because the structure
of the human body is the same as that of the Earth. Consequently, these
communities and peoples consider that she must be protected, because
she is as much in the very body as in the air that is breathed, the
water that is drunk, the warming sun, and the plants and animals that
provide nourishment.
These indigenous communities and peoples express that
the life of all beings on the mother earth are presently put at risk
by the presence of multinational enterprises from “First World”
countries that have been carrying out the extraction of natural resources,
mines, and hydrocarbons. In this regard, indigenous peoples now want
to speak to the world to spread the message that all living beings depend
on the earth. This is why they take pleasure in hearing non-indigenous
voices of protest from throughout the world in the defence of the mother
earth. In order for the world to return its gaze upon herself, commercial
and consumer thinking should be changed for a manner of thinking that
is sustainable, lasting, and equitable.
The principal difference with the indigenous peoples
is that this manner of thinking does not come from the minds of their
leaders; rather it comes from the thousand-year-old wisdom held in their
words. And it is through these words that they understand their role
in this society. This is why the powerful sectors of savage capitalism,
which look at nature as their enemy, need to respect ancestral territory
as it protects all beings equally.
6. Effects of the transnationals on
the environment and health. In the hearing, it was stated that the redirecting
of the water flow, the mass movement of land, and the ongoing explosions
in the areas of mining exploration and exploitation, affect the ecosystem
and the serenity of the population. It was also stated that deforestation
not only affects the habitat of hundreds of species (many close to extinction),
but also affects the maintenance of an ongoing water flow from forests
to other ecosystems and urban centres. Additionally, the enormous consumption
of water required by mining activity generally reduces the water table
of an area, even drying up water wells and springs. Water ends up contaminated
with toxic material, which may continue for hundreds -and even
thousands- of years.
The dangerous chemical products used in the different
phases in the processing of metals -including cyanide, concentrated
acids, and complex alkaline substances- end up in the sewer system.
The alteration and contamination of the water cycle has very grave effects
on the nearby ecosystems, and is especially damaging to forests and
persons.
Even if it is true that the environmental impact of
large-scale mining has not been considered, its consequences are becoming
apparent for the health of the communities through grave affectations
to the skin, lungs, hearing, and sight. Additionally, the grave health
effects caused by coal dust were indicated. Furthermore, there is the
high amount of malnutrition caused by the destruction of the agricultural
sector.
Desertification was also mentioned, as well as other
grave environmental consequences caused by extensive open-pit mining
exploitation, which is also in the process of expansion.
7. Deterioration of labour conditions
and the persecution of unions and social movements. A common, characteristic
element in the reports presented before this Tribunal against transnational
enterprises is the comparative advantage in the wages of the work force
in countries such as Colombia in relation to the countries of origin
of the TNEs. This is the result of establishing precarious labour conditions
and prior weakening and destruction of union organisations through threats
against and the murder of these organisations’ leaders.
Union persecution is made more evident and dangerous
for the life of the workers who speak out against atrocities and violations
to human and labour rights (violations they are subjected to by the
TNEs’ security personnel and management). All of this occurs in
the framework of implementing the development model proposed by multilateral
banks, which considers union organisations to be a negative element
and alien to the work market.
8. Complicity and collusion of the
international institutions. As far as the documents provided and the
testimonies received, notice is taken of the close collusion of the
policies imposed by the international institutions favouring the interests
of the TNEs. The demands of IMF or World Bank adjustment programmes,
under the imperative of fulfilling debt obligations, pressure countries
like Colombia to put into practice policies favouring the growth and
profits of these enterprises. These policies also end up facilitating
the unregulated and unrestrictive operation of TNEs in the pursuit of
their interests, in addition to deepening inequality and the deterioration
of living conditions for the working class, particularly the poorest
sectors. Furthermore, the export of mining products also tends to be
strongly stimulated by the influence of the WTO (in spite of the more
recent difficulties in being implemented), preparation for the proposed
FTAA, bilateral treaties of foreign relations, and even some of cooperation
agreements.
It has been demonstrated that World Bank investment
policy, the increasingly pro-free trade WTO, and other supranational
treaties, as well as the IMF financial demands, end up being powerful
instruments for the studied TNEs, rather than for the country’s
development and the population’s wellbeing.
9. Sense of development and development
models. The testimonies and documentation received in this hearing clearly
demonstrated the existence of very distinct conceptions of what is presumed
to be the development of a country and its peoples, in addition to being
different than what is considered to be development by the leading academic
centres and institutions from throughout the world.
It no longer only concerns the traditional, known distinction
between growth and development, but also the profound diversity of how
the communities understand development, and the need to adapt these
variations in terms of total parity for these different approaches so
as to lead towards an alternative society.
The presentations have clearly demonstrated that mere
material wealth, as well as the actions required to obtain this wealth,
are not considered and evaluated in the same way by all communities.
In this regard, emphasis should be placed on the relevance of approaches
by indigenous and Afro-Colombian communities.
As far as what was proposed in the session, the need
arises for a profound and ongoing reconsideration of development concepts
and the recognition of wealth, which presumes the existence of diverse
development concepts (corresponding to maintaining the social biodiversity).
Additionally, it seems that even the efficiency of
these TNEs can be questioned in terms of the Western concept of development
of a country. Since their strategies are oriented to achieving rapid,
accelerated short-term profit, they often presume the depredation of
resources, environment, and sustainable systems of production for long-term
development. In this context, emphasis is placed on the degradation
of the workers and the population in general due to their vastly unjust
labour and social conditions.
10. Increasing inequalities, poverty,
and enormous suffering for persons. In all of the testimonies there
are elements demonstrating that the operation of TNEs causes an increase
in inequalities, poverty, and deterioration in health and living conditions,
which encourages enormous suffering for broad sectors of the population.
In terms of the documentation provided, it is noted
that the operation of the analysed enterprises does not even provide
material wellbeing; rather it condemns substantial parts of the population
to abject poverty. The degradation and destruction of the environment,
the profound deterioration of the workplace, and joblessness, bring
about an exaggerated worsening of family economics. If the deterioration
to health and living conditions is also included, as well as the scarce
amount of public services, the affected population is seen to be condemned
to an increase in poverty and frequently grave abject poverty.
There is no increase in available material wealth (neither
private, nor public), and there is even less advancement towards development.
To the contrary, there has been a dismantling of the traditional ways
of living and a dispossession of the native populations from their resources
and systems of production and consumption. In this regard, the TNEs
have caused material abject poverty and the devastation of thousand-year-old
systems of life, which are also competent for alternative development
concepts.
The transnational enterprises establish themselves
in territories by carrying out different kinds of violence and creating
privileged sectors for those submitting to their concept of development.
Nevertheless, the TNEs also create much larger sectors of uprooted persons
and victims whose immense suffering and destruction were directly referred
to in this hearing by witnesses with moving accounts, which we can only
record with deep sorrow and indignation.
IV. EVALUATION The acts and evidentiary elements presented before this Tribunal
provide sufficient elements to strengthen the accusations concerning
the responsibility of the TNEs in crimes against humanity, since the
acts listed in the second part appear to reveal the systematic character
of these crimes.
The hearing also demonstrated human rights violations
by Colombian authorities and armed paramilitary groups that operate
in Colombia (in contrast to international agreements signed by Colombia,
beginning with the Universal Declaration for Human Rights and International
Pacts on economic, social and cultural rights).
There are also violations to the provisions from the
Algiers Declaration on the rights of peoples, which will celebrate its
thirty-year anniversary in Rome next month and constitutes a significant
parameter for the trial by the Permanent Peoples’ Tribunal.
All States have the duty to specifically guarantee
human rights, maintain order, and guarantee the security of all of its
citizens throughout its territory. The State may even be declared responsible
in the violation of international conventions, if it is verified that
there are groups of private citizens or paramilitary groups in any part
of its territory.
During the hearing, prosecuting counsel and witnesses
spoke out against the extensive impunity, especially concerning the
conduct of the TNEs and paramilitary groups.
Nevertheless, the Tribunal was not able to go into
the actual role played by justice system in the reported cases. Therefore,
total attention is essential for the investigation to continue on the
role of the judiciary so that the Permanent Peoples’ Tribunal
can express its opinion in the deliberating session.
However, what the Permanent Peoples’ Tribunal
has stated in its jurisprudence on other occasions in relation to impunity
may be confirmed at this time.
As regards the documented reports of grave violations
to human rights (and especially the right to life and the right to live
in one’s birthplace or place of choice), States and society have
obligations in relation to the truth and memory so as not to forget
the crimes that have occurred and to punish the authors of these crimes.
This is the premise for re-establishing citizens’ trust in institutions.
International law safeguards the right of citizens
to justice, which corresponds to the State’s obligations of ensuring
the functioning of the justice system by way of effectively independent
judges and courts that try and fulfil the law. If human rights violations
are not condemned, and the responsible parties are not tried and sentenced
in accordance to the rules of due process, the rule of law does not
exist.
The impunity of the crimes constitutes in and of themselves
a human rights violation. The State is not allowed to renounce the duty
to investigate, try, and punish, by way of amnesties or other practices
establishing impunity.
Any act that promotes forgetting or not punishing the
crimes is unacceptable ethically and legally. Therefore, the Permanent
Peoples’ Tribunal supports the creation of an impartial and independent
body to establish the truth concerning what has happened over the last
decades.
In this regard, the Tribunal gathers the victims’
plea to not be left alone, as well as the scream of indignation by a
witness, who said: So it doesn’t go unpunished! So a crime against
humanity never again goes unpunished!
By reasons of the foregoing, the jury members of this
hearing take on as their own the documented accusations that have been
presented and request the deliberating session of the Permanent Peoples’
Tribunal on TNEs and the rights of peoples in Colombia to verify the
responsibility of the accused TNEs and the Colombian State (as the responsible
parties for crimes against humanity) and examine their complicity in
these same State-sponsored crimes, which come out of these enterprises’
corporate headquarters.
As a conclusion to this very intense hearing and the
reading of the jury’s decision, the Tribunal feels the need to
thank everyone who has made this event possible, and above all the persons
that, responsibly and courageously, have presented the accusations based
on solid evidence and testimonies of the acts, which has allowed the
reconstruction of what happened and, through their words, revived the
suffering and pain caused by these dramatic acts.
The Tribunal must also thank all of the assistants
to the Hearing for their ongoing, quiet presence, though attentive and
involved, as representatives of the collectives and peoples, and as
a part of the broad, committed movement in the fight to impede all attempts
to forget, sustain the demand for justice and truth for the victims,
and encourage institutions to seriously consider human rights.
The judges learned that when a movement emerges to
fight against injustice and inequality, international human rights conventions
and national constitutions are no longer mere paper documents concerning
rights, rather they become instruments for personal and social demands
and democratic change.
Lastly, the jury expresses the profound impact it has
felt from realising that, in spite of the very tragic situation, there
is a potent resistance to injustice, a firm decision to continue to
work for a transformation of society, and a desire to cooperate with
other groups and peoples that pursue these same objectives. We wish
to express to the world and speak for the optimistic feelings that come
out of the demonstrated will to fight, which may only lead to immense
hope.