Sinaltrainal

Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema Agroalimentario

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Empresas Coca Cola Doce años de impunidad. El asesinato de Isidro Gil

Coca Cola

Doce años de impunidad. El asesinato de Isidro Gil

Quién era ISIDRO SEGUNDO GIL GIL?

Trabajador de la transnacional norteamericana COCA COLA INC, en la empresa BEBIDAS Y ALIMENTOS DE URABA S.A. ubicada en el municipio de Carepa  -Uraba Antioqueño-. Empresa en la cual trabajo durante varios años y en la que al momento de ser asesinado desempeñaba el cargo de celador.

Era un hombre jovial y muy alegre, de cabello color trigueño y ondulado, ojos claros, de un metro sesenta y cinco de estatura, natural de Sincelejo Sucre, por lo que sus compañeros cuando lo querían molestar le decían “llegó el chilapo”, como cariñosamente le dicen a los de su tierra. Vivió varios años en Carepa y luego se fue a vivir a Apartado, donde había construido una casita para vivir con su esposa y con sus dos hijos.

Le gustaba mucho el deporte recreativo, especialmente el fútbol, el que aprovechaba para acercarse a sus compañeros que lo querían por su jovialidad y ante todo por ser una persona correcta en sus cosas. El mismo año de su muerte en el mes de junio había asistido a la ciudad de Cali - Valle del Cauca a la asamblea general nacional de delegados del sindicato, en donde trabajadores de todo el país, tuvieron la oportunidad de practicar este deporte con él e intercambiar chanzas y chistes que era algo que siempre estuvo presente en su actuar. 

Isidro es asesinado el 5 de diciembre de 1996, a eso de las 7.30 a.m. dentro de las instalaciones de la empresa COCA COLA por los grupos paramilitares que desde hace varios años vienen asolando la rica región bananera y ganadera de Uraba. Se desempeñaba en la dirección sindical seccional Carepa en el cargo de Secretario General y tenía grandes posibilidades de llegar a ser un buen dirigente sindical y popular en su región.

Sinaltainal había presentado el 30 de noviembre de 1996 un pliego de peticiones a consideración de la empresa, quien se negaba a solucionarlo alegando que los trabajadores tenían suficientes derechos como para continuar pidiendo más. Isidro era uno de negociadores del petitorio.

En esta embotelladora habíamos logrado pactar una de las mejores convenciones colectivas al interior de la transnacional, pero aún no cubría todas las necesidades básicas de los trabajadores.


Isidro Segundo era  humilde y sincero y de una gran personalidad que le sirvió para defender con energía los derechos de sus compañeros. Esto le causo duros altercados con el Gerente de la empresa Ariosto Milán, a quien lo peor que le podía pasar en un día de trabajo, era que el compañero llegara reclamarle por los derechos de sus compañeros. Milán era el contador de la empresa, pero en ausencia del Gerente lo reemplazaba, por lo que no ahorraba ningún esfuerzo en desconocer las reivindicaciones de los trabajadores para así ganarse los favores de los empresarios y aspirar a que algún día lo dejaran como Gerente titular de la planta de COCA COLA.

El compañero Gil deja una esposa y dos pequeños hijos, los cuales debieron salir de la región por las amenazas de que fueron víctimas por parte de los asesinos de su esposo y padre. Su hermano Martín Emilio, igualmente trabajador de Coca Cola y quien se desempeñaba como asesor del pliego de peticiones que estabamos tratando de negociar, ese mismo día es buscado por todo Carepa para ser  asesinado, debiendo  esconderse y así lograr salir de manera inmediata de la región, por lo que en la actualidad se encuentra desplazado en otro de los rincones de nuestra querida Colombia. Su esposa fue también asesinada después de varios meses.

El mismo día 5 de diciembre a las 2 p.m. LUIS EDUARDO CARDONA USMA, trabajador de la misma empresa y dirigente sindical de Sinaltrainal es secuestrado por varios miembros del grupo paramilitar, quienes según le manifestaron querían aclarar algunas cosas con él y para lo cual debía desplazarse en un carro a un sitio a las afueras de la ciudad de Carepa –en ese vehículo era donde los paramilitares transportaban a personal que posteriormente aparecían asesinadas en las afueras de la ciudad-. Cuando iba a ser introducido a la fuerza dentro del vehículo, Cardona logra escapar y refugiarse en las instalaciones de la Policía, de donde al día siguiente es sacado con estrictas medidas de seguridad y desplazado hacia la capital de la república, junto al resto de los miembros de la junta directiva sindical y todos sus familiares.

Ese mismo día a las 12 de la noche individuos al parecer los mismos que habían asesinado a Isidro Segundo, amenazado a Martín Emilio y secuestrado a Luis Adolfo, arrancaron las puertas de nuestra sede sindical en esa ciudad, hurtaron maquinarias y equipos de oficina y procedieron prender fuego a sus instalaciones dejándola totalmente destruida.

Al día siguiente 6 de diciembre de 1996 a las 8.30 de la mañana un grupo paramilitar entró a las instalaciones de Coca Cola, reunió a todos los trabajadores y   luego de amenazarlos de muerte les anunciaron que si a las 4 de la tarde del mismo no habían renunciado a Sinaltrainal, procederían a hacerles lo mismo que habían hecho con Isidro y que les había quedado pendiente hacer con su hermano y con Cardona. Que en esa empresa no volverían a existir ni sindicatos ni convenciones ni nada parecido y que a partir de esa fecha lo que recibirían era lo que estaba establecido en el código sustantivo de trabajo –lo que efectivamente desde el momento de la reunión sucedió -. A partir de esa fecha la seccional del sindicato en ese municipio fue destruida y todos los dirigentes que quedaron vivos fueron desplazados a otras ciudades del país. La empresa se negó a cancelarle la liquidación final a los trabajadores desplazados, alegando que estos habían dejado abandonado sus puestos de trabajo y que no tenía ninguna obligación de pagar, ahora, que si querían que les pagara algunos dineros, debían presentarse a laborar en la empresa como si nada hubiera sucedido.

Fuimos informados que quienes realizaron estas acciones macabras contra el sindicato y sus dirigentes permanecieron dentro de las instalaciones de la empresa durante varios días, sin que se tenga conocimiento de acción alguna por parte de la transnacional para evitar que esto sucediera. Información suministrada por la señora Peggi Quiland Gerente de la empresa al sindicato, manifiesta que no puede cancelarle los salarios a los desplazados pues los paramilitares que se encuentran al interior de su empresa impiden hacerlo y que sus cheques van a parar a los bolsillos de los mismos, al igual que las cuotas sindicales, cooperativas y de servicios de salud.

En el mes de septiembre de 1999, la Fiscalía General de la Nación dicta medida de aseguramiento de detención preventiva sin beneficio de excarcelación contra los señores: ARIOSTO MILAN MOSQUERA, Gerente de la empresa Bebidas y Alimentos de Uraba COCA COLA y RIGOBERTO MARIN RESTREPO, Jefe de Producción de la misma. Igualmente, fue emplazado el señor MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO “ Alias Cepillo”, según Proceso Penal No 164 seguido por el homicidio de que fuera víctima el Secretario General de Sinaltrainal ISIDRO SEGUNDO GIL GIL,  tentativa de secuestro en Luis Adolfo Cardona Usma, incendio, daño en bien ajeno, constreñimiento ilegal, violación a los derechos de reunión y asociación y paramilitarismo, en hechos ocurridos en la ciudad de Carepa Antioquía en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1996.

En las cortes federales de los Estados Unidos cursa una demanda contra Coca Cola Company,  la embotelladora en Colombia y el señor Richar Kirby dueño de la empresa. El 23 de julio pasado el Tribunal Permanente de los Pueblos condenó a la transnacional por beneficiarse de varios crímenes de lesa humanidad contra líderes sindicales de Sinaltrainal, entre ellos, por el asesinato del compañero Isidro.

En ese municipio fue aniquilada nuestra organización sindical en  COCA COLA. Cinco compañeros fueron asesinados, otros desplazados, otros obligados mediante amenazas de muerte a renunciar; la sede sindical incendiada y los archivos destruidos.

Ante la justicia colombiana todos estos crímenes se encuentran en total impunidad. Por esta razón continuamos adelantando la campaña ¡POR QUE AMO LA VIDA…NO CONSUMNO COCA COLA”.