DESDE LA INDIA
LABORATORIO DE CONTROL DE CONTAMINACIÓN DEL CENTRO POR LA CIENCIA Y EL MEDIOAMBIENTE DE LA INDIA (CSE en sus siglas inglesas)
En febrero de este ano, el CSE realizó un estudio sobre residuos de
pesticidas en el agua embotellada. Los lectores de la revista Down To Earth
escribieron preguntando si los mismos resultados eran ciertos para las bebidas
refrescantes embotelladas. La respuesta es sí, pero en este caso es mucho
más lo que está en juego. Pruebas realizadas por el Laboratorio
de Control de Contaminación encontraron insecticidas letales en doce
marcas líder de bebidas refrescantes. En India no hay normativa que lo
regule o autoridad que lo controle.
Sobre todo esto y más, visitar:
http://www.cseindia.org/html/cola-indepth/index.htm
REVISTA 'DOWN TO EARTH'
Resulta ser que Pepsi, Mountain Dew, Pepsi Diet, Mirinda naranja, Mirinda limón,
Blue Pepsi, 7-Up, Coca Cola, Fanta, Limca, Sprite y Thums Up son... LA DOCENA
DE COLONIZADORES VERGONZOSOS
Pero el estudio se pregunta sobre algunas cuestiones más amplias -¿por qué la industria de las bebidas refrescantes en India no está regulada de forma adecuada?, ¿quién garantiza que la calidad del agua que se usa para las bebidas refrescantes, y de paso la calidad de dichas bebidas, es aceptable?
PESTICIDAS EN EL PUNTO DE MIRA, NO EL AGUA EMBOTELLADA O LAS BEBIDAS REFRESCANTES
En febrero hicimos público un estudio sobre pesticidas residuales en el agua embotellada que se vende en el mercado. En esa ocasión informamos de qué forma habíamos encontrado pesticidas legalizados en el agua embotellada. En otras palabras, la normativa que regula los niveles de pesticidas en estas botellas está disenada de manera que los pesticidas residuales no puedan ser detectados.
En principio no teníamos intención de continuar este estudio
con investigaciones en otros productos. Pero entonces nuestros lectores nos
escribieron diciendo que si lo que decíamos en referencia a la industria
del agua embotellada era correcto, ¿qué pasaba entonces con los
fabricantes de bebidas refrescantes? Después de todo, todos ellos usan
agua como materia prima, y también extraen el agua que utilizan mayormente
del subsuelo. Los lectores pensaban que nosotros teníamos la responsabilidad
de hacer las averiguaciones pertinentes.
Hacia el mes de mayo también se hizo patente que el gobierno estaba ejerciendo
la prevaricación al elaborar una muy enmendada y restringida legislación
sobre el agua embotellada.
Se nos dijo que la presión que ejercía el sector de la industria
de embotellado era enorme. Era mucho lo que estaba en juego.
Algo olía mal. La mayoría de los grandes que conocíamos en el sector del agua embotellada tenían la capacidad de tratar y purificar el agua. También suministraban su producto a aquellos desafortunados con poco poder de elección que tenían que pagar más por el agua que por la leche, puesto que los suministros municipales no eran regulares. Su negocio iba viento en popa. No había nada, ni siquiera un poco de pesticida, que pudiera pararlo. Entonces ¿a qué venía su oposición?
¿Podía ser que lo que estaba en juego fuera mucho más de lo que habíamos imaginado? Imagínese que lo que realmente estuviera en juego no fuera la industria del embotellado de agua y su negocio de 1.000 rupias sino la industria de las bebidas de refresco y su estimado volumen de negocio de 6.000 a 7.000 rupias. En la India se beben cada ano 6,6 billones de botellas de refresco y el negocio sigue creciendo. Imagínese, sólo por un momento, que el sector guardara secretos que pudieran llegar a desvelarse si se sometiera a la industria del embotellado de agua a una regulación más estricta.
Nos dijimos que no, que eso no podía ser cierto. Después de todo, esta mega industria de la gente guapa tiene una base muy sólida. Es muy antigua. Tiene buena reputación. Está en las manos de gigantes del mundo corporativo que se precian de su seriedad, y sentidos de la responsabilidad y de la ciudadanía.
Pero nos quedamos atónitos. Todas las botellas de bebidas refrescantes examinadas en el laboratorio de control de la contaminación en el Centro tenían pesticidas, y en cantidades mucho más altas a las consideradas no peligrosas para los humanos. La suma de todos los pesticidas en los productos de la PepsiCo subían a un 0,0180 mg/l, 36 veces más alto que el límite permitido por la Unión Europea (UE).
Los productos de la Coca Cola tenían un total de 0.0150mg/l de pesticidas, 30 veces más que el límite puesto por la UE.
Incluso más sorprendente fue el descubrir cómo esta industria de alto impacto en la salud humana está más o menos exenta de regulación. La oficina de calidad del gobierno de la India (BIS en sus siglas inglesas) tenía al menos cierto tipo de niveles de calidad obligatorios para el sector del embotellado de agua. En comparación, no existe ninguna provisión para esta industria 'alimenticia', la cual se halla regulada bajo una plétora de agencias y de niveles de calidad mínimos, la mayoría de los cuales carecen de todo sentido o son llanamente ridículos. Las licencias las obtiene bajo la Orden de Productos Alimenticios y se halla regulada también por el Acta de Prevención de Adulteración de alimentos, de 1954. Los niveles de calidad exigidos por el BIS, establecidos aproximadamente hace 10 anos, son voluntarios. En otras palabras, a esta gran industria se le ha dejado salirse con la suya. Lo que es peor, ninguna de las legislaciones menciona siquiera el hecho de que el agua -el 90 por cien del producto final- debe ser examinada. Se ha descubierto que el límite del mortal arsénico y del plomo en las bebidas refrescantes es 50 veces superior que el permitido para el agua embotellada o el agua potable. ¿Acaso los reguladores simplemente olvidaron estos hechos? O ¿se trata de una amnesia deliberada?
Seamos claros, este no es un caso que implica a pequenas empresas luchando por salir a flote en el mercado y que los legisladores saben que no pueden ser reguladas. Esto involucra solamente a dos grandes companías que, incidentalmente, también controlan los mercados mundiales. Lo que es más, es un caso que implica a una industria que pertenece al sector de la alimentación, y que por tanto ejerce un impacto directo en nuestra salud.
Pero lo que está en juego es incluso más que esto. El estudio sobre pesticidas en el agua embotellada nos aportó algunas respuestas predecibles. El empresariado del sector argumentó que es injusto pedir una regulación estricta de los pesticidas. Dijo que el sector no se lo podía permitir y que estas normativas son innecesarias porque los residuos de pesticidas hallados representan unas cantidades tan pequenas que los convierten en inocuos. Sorprendente. Hay que ver qué sabiduría derrocha gente tan sabia. Los pesticidas son mortales en cantidades pequenas, pues se acumulan a lo largo del tiempo en nuestro cuerpo. Cada vez hay más pruebas que demuestran que algunos pesticidas -tales como el clorpyrifo un popular insecticida en la India- son mortales incluso si la exposición a ellos es mínima. El otro argumento, que yo considero gracioso, viene a decir que por qué hay que centrarse en el agua embotellada cuando los alimentos que ingerimos, dicen estos grandes críticos, está mucho más contaminada. En la India se 'comen' muchos más pesticidas que la dosis máxima diaria.
Pero con este argumento parece que no han entendido nada. Lo que está en el punto de mira son los pesticidas, no el agua en botella o las bebidas refrescantes. Es imperativo desarrollar una política en favor del uso seguro de los pesticidas. Una política en favor de los pesticidas no peligrosos. Está claro que una vez nuestro suelo, comida y agua estén contaminados será prohibitivamente caro purificarlos. No tenemos otra opción más que trabajar sobre las bases del principio de prevención. Para ello se necesitan regulaciones realmente estrictas, restringir el uso de los pesticidas y trabajar por conseguir nuevas estrategias para obtener sustancias 'no peligrosas'. No nos podemos permitir simplemente limpiar tras el envenenamiento. Nadie posee un antídoto, sea lo que sea que la industria y el gobierno crean.
Desconozco cómo los dos gigantes corporativos implicados van a recibir nuestras conclusiones. Pero para mí, lo más importante es si ustedes, nuestros lectores, creen que hemos hecho justicia a la pregunta que nos habían planteado. Se dice que el consumidor es el rey en el mundo libre. Déjese pues que el consumidor dicte sentencia.
SUNITA NARAIN
Directora de la revista Down to Earth